El Muy
Ilustre Colegio de Abogados de Pamplona acogió ayer, viernes 14 de
diciembre, la solemne ceremonia de
juramento o promesa de la función de abogado en la por parte de quienes se han
colegiado desde el mes de mayo, con la que se abrió el programa de actos con el
que el MICAP conmemora la fiesta de su patrona, la Inmaculada Concepción, y que
suponen el cierre de la celebración del bicentenario del Colegio.
Las abogadas y abogados incorporados al colegio, acompañados por sus respectivos padrinos, fueron
prestando juramento o promesa ante la
Junta de Gobierno del Colegio, presidida por la decana Blanca Ramos, quien les
dio la bienvenida y les entregó el diploma acreditativo. Francisco José Arrieta
Llorente, Gonzaga Beloso Baselga, Myriam Bueno Calvo, Álvaro Erviti Ilundáin,
Mónica González Cascallana, Rebeca González Orayen, Irati Gurruchaga
Uribe-Echeverria, Joaquín María Indurain Berrade, Yuliya Kalyuzhyna, Miren
Lizarraga Lozano, Julia Isabel Senosiáin Maya, Lidia Solla Sanz, Estefanía
Urrutia Ayesa, Marta Ustés Avizanda, Álvaro Antonio Valgañón Domínguez e Uxue
Zudaire Epalza recibieron la toga y diversos libros y obsequios.Las y los nuevos abogados, con sus padrinos y la Junta de Gobierno del MICAP. |
Cerró
el acto la decana, Blanca Ramos, con una intervención en la que recordó a los
nuevos colegiados que “no se concibe el Estado de Derecho sin los abogados,
somos una parte esencial de la Administración de Justicia, somos un instrumento
de civilización. Cuando los conflictos se producen en una sociedad primitiva
impera la ley del más fuerte, cuando se producen en una sociedad evolucionada
el remedio viene de la mano del Derecho”.
Aprender también de los errores
Añadió
que “nosotros, que somos quienes más cerca estamos de la ciudadanos, debemos
aconsejarles y tratar de convertir el impulso de la imposición en el de la
discusión razonable, no solo porque lo merecen nuestros clientes sino porque lo
reclama la sociedad”. La decana indicó que es ahora, en el inicio de la carrera
profesional “cuando debéis plantearos qué abogados queréis ser, y quiero
proponeros un esfuerzo de comprensión, dedicación a los asuntos, preparación,
empatía, humildad, sensibilidad y respeto, no solo a quien nos paga por el
trabajo sino también hacia los compañeros y los jueces, que no son menos pero tampoco
más que nosotros”.
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Blanca Ramos se dirige a los asistentes al acto, entre Beatriz de Pablo y Fernando Azagra. Al fondo Matías Miguel. |
Blanca
Ramos indicó a los nuevos colegiados que han elegido una profesión “de largo
recorrido” en la que, como en cualquier otra faceta de la vida, “es imposible
salir airoso de todos nuestros proyectos, pero de los errores también se
aprende. No tengáis prisa, no penséis que el éxito se reduce a números o a una
recompensa económica: el éxito de verdad es el trabajo bien hecho”, y les animó
a pedir consejo a sus ya compañeros más experimentados, “que pueden serviros de
ejemplo y motivación”.
Recomendó,
asimismo, asumir solo el trabajo que se pueda abarcar, y advirtió de que “no
seremos mejores abogados solo con uno o muchos cursos, con la disrupción
digital, llamando a nuestro despacho boutique legal o con marketing, sino con
carácter, con integridad, vocación y la experiencia que iréis adquiriendo”.
Destacó
Blanca Ramos que el Colegio de Abogados de Pamplona es la institución civil más
antigua de Navarra, y que su solera y prestigio no se asienta “sobre tierras
movedizas sino sobre cimientos firmes. Ahora formáis parte de su historia y
tenéis la oportunidad de seguir mejorando la profesión porque sois el presente
y el futuro del Colegio y de la Abogacía”. Por último, les animó a participar
tanto en la vida colegial como “en los servicios que prestamos a la sociedad,
también en el turno de oficio, que es el máximo exponente de nuestra labor
social”, servicio del que dijo “no puede ser vuestra tabla de salvación sino la
de vuestros clientes, personas seguramente más vulnerables a las que hay que
tratar bien, igual que a los clientes que nos pagan por nuestro trabajo”.