Parecen
haberse puesto de acuerdo. Preguntamos a tres de las abogadas y abogados que el
pasado fin de semana, durante la celebración de la fiesta de la patrona del
M.I. Colegio de Abogados de Pamplona, fueron homenajeados por llevar 25 años
ejerciendo la abogacía, en qué había cambiado su trabajo desde entonces y qué
destacarían de su labor profesional, y
nos respondieron, todos, que la irrupción de las nuevas tecnologías ha
transformado su oficio. De su experiencia se quedan con el compañerismo de la
gente y con su contribución a hacer algo de justicia.
Blanca Ramos, Virginia Guerra y Matías Miguel. |
“El
mayor cambio profesional ha sido la llegada de las nuevas tecnologías”, dice Eduardo
Ruiz de Erenchun, que se queda de sus 25 años de ejercicio de la abogacía “con
la sensación de haber podido contribuir algo a hacer justicia, aunque es algo
que cada vez tengo más claro que es casi imposible de conseguir”. En este
cuarto de siglo ha trabajado al lado de su padre, Ángel Ruiz de Erenchun, el ex
decano del Colegio, de quien “he aprendido todo, desde antes de colegiarme, incluso
diría que antes de empezar la carrera, porque en casa, en las comidas, ya se
hablaba de asuntos de Derecho”. “Para mí ha sido una suerte contar con tan
magnífico maestro, todo lo bueno que he podido aprender se lo debo a él y eso
no lo olvidaré nunca”, asegura Eduardo.
La decana entre Ángel y Eduardo Ruiz de Erenchun. |
Matías
Miguel, secretario de la Junta de Gobierno, dice que, desde que empezó a
trabajar, “la profesión ha cambiado muchísimo, porque cuando empecé usábamos
máquinas de escribir o a lo sumo ordenadores con Word Perfect y presentábamos
todos los documentos por escrito y ahora lo hacemos telemáticamente, está todo
informatizado… vamos, la noche y el día”. Destaca, de sus 25 años como abogado,
“a toda la gente que he conocido estupenda, generosa y que, sobre todo, está
dispuesta y es capaz de trabajar por los compañeros”.
Tampoco
tiene que pensar mucho Virginia Guerra cuando le preguntamos en qué ha cambiado
el oficio desde que comenzó, hace 25 años. La coordinadora del Servicio de
Extranjería del Turno de Oficio del MICAP responde que “sobre todo con el tema
de las nuevas tecnologías ha cambiado mucho, bueno, muchísimo”. Opina que “el
trato personal antes era mejor, conocías a todo el mundo pero ahora,
precisamente por la llegada de las nuevas tecnologías, todo es más impersonal,
cada uno se mete en su despacho y no hay esa relación”. No obstante, Virginia
dice que “lo mejor” de su trabajo es “el trato con la gente, el compañerismo,
especialmente el de los que nos colegiamos más o menos al mismo tiempo”.