“Entendí
que, como escritor que viene de la abogacía, tenía que decir algo sobre el
terrorismo, al fin y al cabo nos había acompañado toda la vida, pero no sabía
por dónde empezar”. Un atentado de ETA, tan irracional y salvaje como todos los
que cometió, le proporcionó la idea que Pedro Charro necesitaba para
desarrollar su novela ‘RC’, que
presentó el viernes en la sede del Colegio de Abogados de Pamplona acompañado
de su amigo y abogado Juan Tomás Rodríguez Arano.
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Pedro Charro Ayestarán. |
La obra
arranca con la explosión de una bomba que mata a un niño a la puerta de
su casa. El hecho real ocurrió el 30 de mayo de 1985 en la Bajada de Javier, en
Pamplona. Una bomba trampa accionada a distancia causó la muerte del agente que
acudió al lugar después de que alguien reclamara la presencia policial con la
excusa de que una persona estaba molestando a los vecinos, pero la deflagración
también asesinó a un chico de 13 años.
En 2007 Pedro Charro, que había partido de esa tragedia para
contar una historia de ficción, terminó el libro, que narra cómo todo se viene
abajo para Luis, el padre del niño asesinado. Su mujer italiana le abandona, él
no tiene fuerzas para seguir con su vida y deja el trabajo. El terrorista que
perpetró el atentado acaba en la cárcel y, al salir, encuentra trabajo en un
centro de toxicómanos, donde ve la posibilidad de reinsertarse, pero la
Justicia embarga entonces su sueldo para responder de la indemnización por lo
que hizo (de ahí el título ‘RC’, responsabilidad
civil). Dejarse embargar es tanto como admitir la culpa, su responsabilidad por
un daño injusto, y convertirse en un arrepentido, lo que en su entorno sería
considerado una traición que no le iban a permitir. Si quiere seguir
trabajando, debe lograr que el padre del chico a quien mató renuncie a cobrar.
Luis, que durante mucho tiempo ha abrigado la idea de vengarse, no sabe qué
hacer y emprende un viaje en busca de su ex mujer, con la excusa de
consultarle.
Ese es el resumen de la novela, que diez años después ha
sido publicada. Cuando la terminó, el autor la llevó a varias editoriales que
la rechazaron, “era un momento en el que había muchos reparos a tratar el
fenómeno del terrorismo de manera abierta”, recuerda Charro.
Un antihéroe
La presentación de la obra derivó en un coloquio entre el
escritor, su presentador y los asistentes en el que hubo espacio para la
reflexión sobre la conducta de los terroristas. El autor, que creó al que
aparece en la novela a partir de “contactos esporádicos con ese mundo”, dijo
que su ideología es el fanatismo, “esa mezcla de ignorancia y manipulación, más
cuatro consignas, cuatro tonterías… se te cae el alma a los pies: ¡matar por esto!”.
Juan Tomás Rodríguez Arano, junto al escritor. |
Definió a su personaje como “un antihéroe, se entrega a esta
causa para integrarse y cuando ve el mal que ha causado, las consecuencias de
sus actos, siente compasión y eso es terrible para un asesino, no es como el carnicero de Mondragón, al que le deja
indiferente el dolor que ha causado. Es preso de la culpa y para liberarse debe
reparar el daño causado, pero le resulta muy difícil”.
Pedro Charro ya ha publicado otra novela, Sin tabaco, la recopilación de artículos
Rascacielos, los ensayos 2 centavos, 1 diario y Fin de fiesta, crónica de una muerte en el
encierro. Es autor asimismo de una obra de teatro breve, Amsterdam, y es responsable del taller de creación literaria de
la Universidad Pública de Navarra, donde es profesor en el Departamento de
Derecho Procesal. Prepara nuevos libros de los que no quiso dar pistas, ni
siquiera cuando los abogados asistentes le apuntaron que “cada día, en los
servicios de guardia, hay un montón de novelas, es una mina”.