sábado, 10 de junio de 2017

Pedro Charro presenta en el Colegio su novela ‘RC’

“Entendí que, como escritor que viene de la abogacía, tenía que decir algo sobre el terrorismo, al fin y al cabo nos había acompañado toda la vida, pero no sabía por dónde empezar”. Un atentado de ETA, tan irracional y salvaje como todos los que cometió, le proporcionó la idea que Pedro Charro necesitaba para desarrollar su novela ‘RC’, que presentó el viernes en la sede del Colegio de Abogados de Pamplona acompañado de su amigo y abogado Juan Tomás Rodríguez Arano.

Pedro Charro Ayestarán.
La obra arranca con la explosión de una bomba que mata a un niño a la puerta de su casa. El hecho real ocurrió el 30 de mayo de 1985 en la Bajada de Javier, en Pamplona. Una bomba trampa accionada a distancia causó la muerte del agente que acudió al lugar después de que alguien reclamara la presencia policial con la excusa de que una persona estaba molestando a los vecinos, pero la deflagración también asesinó a un chico de 13 años.

En 2007 Pedro Charro, que había partido de esa tragedia para contar una historia de ficción, terminó el libro, que narra cómo todo se viene abajo para Luis, el padre del niño asesinado. Su mujer italiana le abandona, él no tiene fuerzas para seguir con su vida y deja el trabajo. El terrorista que perpetró el atentado acaba en la cárcel y, al salir, encuentra trabajo en un centro de toxicómanos, donde ve la posibilidad de reinsertarse, pero la Justicia embarga entonces su sueldo para responder de la indemnización por lo que hizo (de ahí el título ‘RC’, responsabilidad civil). Dejarse embargar es tanto como admitir la culpa, su responsabilidad por un daño injusto, y convertirse en un arrepentido, lo que en su entorno sería considerado una traición que no le iban a permitir. Si quiere seguir trabajando, debe lograr que el padre del chico a quien mató renuncie a cobrar. Luis, que durante mucho tiempo ha abrigado la idea de vengarse, no sabe qué hacer y emprende un viaje en busca de su ex mujer, con la excusa de consultarle.

Ese es el resumen de la novela, que diez años después ha sido publicada. Cuando la terminó, el autor la llevó a varias editoriales que la rechazaron, “era un momento en el que había muchos reparos a tratar el fenómeno del terrorismo de manera abierta”, recuerda Charro.

Un antihéroe
La presentación de la obra derivó en un coloquio entre el escritor, su presentador y los asistentes en el que hubo espacio para la reflexión sobre la conducta de los terroristas. El autor, que creó al que aparece en la novela a partir de “contactos esporádicos con ese mundo”, dijo que su ideología es el fanatismo, “esa mezcla de ignorancia y manipulación, más cuatro consignas, cuatro tonterías… se te cae el alma a los pies: ¡matar por esto!”.

Juan Tomás Rodríguez Arano, junto al escritor.
Definió a su personaje como “un antihéroe, se entrega a esta causa para integrarse y cuando ve el mal que ha causado, las consecuencias de sus actos, siente compasión y eso es terrible para un asesino, no es como el carnicero de Mondragón, al que le deja indiferente el dolor que ha causado. Es preso de la culpa y para liberarse debe reparar el daño causado, pero le resulta muy difícil”.


Pedro Charro ya ha publicado otra novela, Sin tabaco, la recopilación de artículos Rascacielos, los ensayos 2 centavos, 1 diario y Fin de fiesta, crónica de una muerte en el encierro. Es autor asimismo de una obra de teatro breve, Amsterdam, y es responsable del taller de creación literaria de la Universidad Pública de Navarra, donde es profesor en el Departamento de Derecho Procesal. Prepara nuevos libros de los que no quiso dar pistas, ni siquiera cuando los abogados asistentes le apuntaron que “cada día, en los servicios de guardia, hay un montón de novelas, es una mina”.

 

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