El Colegio de Abogados de Pamplona ha participado
activamente en el I Congreso sobre ciberdelincuencia y delitos informáticos de
Navarra a través de la Comisión de Derecho de la Tecnología, cuyo presidente,
Olivier Izal, aportó material y documentación y colaboró en su organización.
Además Fernando Azagra, vicedecano del Colegio, intervino en una mesa redonda.
La inauguración del Congreso coincidió con la noticia del ciberataque masivo
que ha bloqueado cientos de miles de ordenadores en más de 170 países, que puso
de manifiesto lo oportuno de su celebración “y confirmó lo que allí se dijo,
que hay que estar preparados porque lo que se nos viene encima puede ser
abrumador”, explica Fernando Azagra.
En una sociedad cada vez más moderna e hiperconectada, con
una tecnología que avanza a pasos agigantados, los encargados de la seguridad
informática tanto en cuerpos policiales e instituciones como en empresas ven
cómo cada vez hay que invertir más medios y personal para tratar de prevenir
alguno de los más de 350.000 ataques que se producen diarimente. Por otra
parte, la reacción de los legisladores siempre será mucho más lenta que la veloz
y cambiante actuación de los ciberdelincuentes. Para analizar cómo se pueden
combatir los delitos informáticos que, como se ha comprobado, pueden colapsar
un mundo regido por los ordenadores, se han reunido el I Congreso sobre ciberdelincuencia
y delitos informáticos de Navarra, organizado por la Agrupación Profesional de
la Policía Foral de Navarra y celebrado en Pamplona, especialistas en seguridad
informática, representantes de empresas tecnológicas, de los cuerpos policiales
y de la Judicatura, abogados y peritos.
Fernando Azagra participó en una mesa redonda en la que el juez
Emilio Labella y la fiscal de Delitos Informáticos Mª Cruz García Huesa hablaron
de los nuevos delitos y de los cambios en el procedimiento de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, y representantes de los cuerpos policiales (Policía Foral, Policía
Nacional, Guardia Civil, Mossos d’Esquadra y Ertzaintza) expusieron diferentes
intervenciones llevadas a cabo contra los delincuentes informáticos y cómo
investigan los delitos.
El vicedecano Fernando Azagra, durante su intervención. |
Azagra indicó que un abogado, como cualquier otro ciudadano,
puede ser víctima de estos delitos, “pero al mismo tiempo tiene ciertas
responsabilidades de seguridad con respecto a su propia empresa porque tiene
que velar por la protección de datos y que nadie se entrometa en sus sistemas
informáticos. Además tiene en la cibernética todo un campo profesional muy
vasto, desde la formación a la seguridad, y, en el ejercicio de la abogacía, la
defensa o a la acusación particular en temas relacionados con el cibercrimen”.
En su intervención, el vicedecano contrapuso los conceptos
de seguridad y libertad, y en este sentido subrayó las poderosas herramientas
de investigación con las que cuentan los cuerpos de seguridad frente a las que
el ciudadano cuenta con garantías legales de cara a proteger su intimidad y sus
derechos cuando es objeto de una de esas investigaciones. Azagra reconoció que
son las policías las que más contribuyen a la prevención de los delitos
informáticos, por ejemplo con charlas en los colegios o empresas, además de con
sus investigaciones. “Ahí participamos gustosamente porque es una necesidad
estar al día en ese campo porque los ciudadanos son cada vez más víctimas de
estafas o de otro tipo de delitos relacionados con los sistemas informáticos”.
El ciberataque masivo que afectó a cientos de miles de
equipos en todo el mundo y que se produjo coincidiendo con la inauguración del
Congreso puso de manifiesto lo oportuno de su celebración “y confirmó lo que
allí se dijo, que hay que estar preparados y que lo que se nos viene encima
puede ser abrumador”. También se puso de manifiesto que el cibercrimen lleva
mucha ventaja a quienes lo persiguen, “desde luego los juristas vamos muy por
detrás. La ley recoge un montón de tipos sobre el uso de ordenadores para
cometer delitos y estafas, y contempla medios de investigación como el acceso
remoto a los ordenadores o la introducción de micrófonos a través de un
programa informático, pero lo tenemos solo desde 2015”.