viernes, 18 de noviembre de 2016

Tres expertos analizan en el MICAP las normas que defienden la Propiedad Intelectual en el actual entorno tecnológico


Blanca Ramos,  decana del M.I .Colegio de Abogados de Pamplona, inauguró ayer la X Jornada dela Sociedad de la Información, cuya temática giró en torno a la necesidad de adaptación de las normas que regulan la Propiedad Intelectual al actual entorno tecnológico.

El encuentro, al que asistieron alrededor de 60 abogados, estuvo organizada por la Comisión del Derecho de la Tecnología, y contó con la participación de tres juristas expertos en nuevas tecnologías, cuyas intervenciones se extendieron a lo largo de la mañana y terminaron con una mesa redonda moderada por Olivier Izal, presidente de la Comisión, que se encargó también de clausurar la jornada.

Fernando Carbajo, profesor titular de Derecho Mercantil de la Universidad de Salamanca y Magistrado Suplente de la Audiencia Provincial de Salamanca, experto en  el Derecho de la propiedad industrial e intelectual, presentó la ponencia Propiedad Intelectual en la Sociedad de la Información.

La intervención de Jorge Campanillas, fundador del despacho de abogados Iurismatica Abogados, blogger jurídico,  co-fundador de Derecho en Red y  responsable del portal EventosJuridicos.com, se desarrolló por medio de la ponencia  Software libre y licencias Creative Commons.


Por último, David Maeztu, abogado especializado en derecho de internet, propiedad intelectual y tecnología, socio en el despacho Abanlex y colaborador de Creative Commons España, se ocupó de la Protección de la Propiedad Intelectual y Responsabilidad de Prestadores de Servicios en Internet.

Propiedad Intelectual


Fernando Carbajo destacó el equilibrio como un punto esencial del moderno derecho de Propiedad Intelectual. “Equilibrio entre derechos y límites. Entre el incentivo para los creadores y la industria y el acceso para los consumidores”. Por otro lado, insistió en  “combatir la piratería activamente al tiempo que se incentivan los nuevos modelos de negocio”.

A su juicio, es el de la piratería “un problema internacional,  que en nuestro país ha llegado a tener unas cotas altísimas, vergonzantes.  Ahora se ha corregido porque,  de tolerarla,  hemos pasado a un sistema de medidas penales, civiles y administrativas. El problema es que no funciona demasiado bien porque los titulares de derechos no están utilizándolas. Hablan del elevado coste procesal, de los tiempos lentos de respuesta, etc.”.

En este sentido, consideró que “el procedimiento administrativo, la famosa ley Sinde, no está funcionando como se esperaba. Sin embargo en Italia y Portugal, un mecanismo similar sí que funciona, porque los tiempos de respuesta son mucho más rápidos”, ya que “han creado una unidad administrativa más eficaz”.

A su entender,  es muy difícil frenar la piratería. “Es una cuestión de cultura y de mercado. Tal y como hemos dicho hoy, se está produciendo ahora mismo un cambio. Los usuarios ya perciben que hay una oferta legal a un precio razonable. Y esa es la mejor manera de combatir la piratería, junto con el modelo de streaming. Los modelos de descarga alimentan la piratería. Los de streaming,  pagando un bono de 10 ó 15 euros al mes dan acceso a una gran cantidad de música y de películas”, aspecto que “sí es un freno para la piratería. Ese cambio de modelo de negocio es lo importante. Hay  que tener la ley para los casos más graves, porque no se puede perseguir a todo el mundo. Pero lo que hay que estimular es el modelo de negocio y la competencia efectiva”, expuso.

Licencias libres


Jorge Campanillas centró su intervención en las licencias libres en el entorno digital. “He intentado transmitir que aunque estamos en un mundo en el que la inmediatez hace que cuando compartimos algo en la red no nos preocupemos casi del origen de ese contenido, todavía hay mucho recorrido en cuestión de licencias libres, especialmente en todo lo relacionado con los contenidos, la administración pública y con los portales open data y el open access”.  

Así, consideró importante impulsar la utilización ese tipo de contenidos  también en el mundo de las start-ups o el emprendizaje, ya que pueden servir como base a determinados modelos de negocio.
Además, recordó la capacidad de las licencias libres y el software libre para generar innovación en beneficio de la sociedad,  especialmente en las infraestructuras de internet, que están basadas en este tipo de licencias y en cuyo desarrollo han sido un elemento fundamental.

Respecto a la resistencia  de algunos abogados a introducirse en el mundo de las tecnologías de la información, consideró que en ocasiones se debe al desconocimiento de la tecnología.  “Nos pasa porque tenemos una mentalidad más de jurista que los propios programadores y a veces eso genera reticencias, especialmente por el  desconocimiento de la tecnología, de cómo funcionan los sistemas.” Ante esta situación, su consejo es que “se pierda el miedo a la tecnología, que se vaya investigando, y eso permitirá  encontrar soluciones a los problemas que se generan en el día a día”.

Responsabilidad de Prestadores de Servicios en Internet 


David Maeztu expuso como, poco a poco, se va afinando más la responsabilidad de los prestadores de servicios. “Vamos supliendo las lagunas interpretativas, que han generado situaciones de impunidad o de duda sobre la responsabilidad que puedan tener los operadores en internet a medida que avanza la legislación. A medida que se desarrollan mejores sistemas jurídicos la tecnología avanza y genera desafíos a esos sistemas. Tenemos que estar abiertos a analizar esas realidades y a proponer soluciones como juristas, en defensa de los clientes”, consideró.

Respecto a los retos que el entorno tecnológico plante a los profesionales del Derecho, apuntó que uno de ellos es “el miedo a enfrentarse a conceptos que no conocen o que les resultan muy lejanos.  Hay cierta tendencia en algunos compañeros,  cuando se trata de temas tecnológicos,  a decir: esto no lo voy a entender, así que  ni siquiera lo intento”.

A su juicio, la mejor manera de  romper esa barrera es “acercarse  a ello con una mentalidad abierta, ya que  la propia realidad obliga a que eso se tenga que superar” y consideró que la profesión en general está mejorando en este aspecto.

Así, recordó que “los principios jurídicos, en la mayoría de los casos, siguen siendo los mismos que hemos estudiado siempre. A la mayoría de los asuntos se le puede dar una interpretación jurídica acorde a los principios tradicionales  de Derecho y,  por tanto, no es tanto un desafío jurídico como, a veces,  de lenguaje, en gran medida causado por la proliferación de tecnicismo  y  de palabras extranjeras”.

Y concluyó: “Hay situaciones nuevas, pero existe la posibilidad de interpretarlas de acuerdo a principios viejos. Ese miedo que hay a no entender porque es nuevo, no siempre es tal. Si vemos las cosas tal y como son y no como aparentan, veremos que ya lo tenemos descrito en algún fenómeno jurídico que tenga 100 años o que ya tengamos perfectamente testado”.

 

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