Coincidiendo con la celebración del
Día del Abogado Joven, el pasado 31 de octubre la Confederación Española de
Abogados Jóvenes (CEAJ) hizo público un manifiesto que recoge las
reivindicaciones del colectivo, unas históricas que siguen sin ser atendidas y otras
que se han ido sumando a las anteriores. El manifiesto, dado a conocer en una
jornada celebrada en Logroño, reclama de los poderes ejecutivo y legislativo una
producción normativa de calidad, y también pide el convenio colectivo de la
abogacía, que la Administración de Justicia sea dotada de medios materiales y
humanos y la reforma de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, entre otras demandas.
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Los jóvenes abogados que participaron en la jornada celebrada en Logroño. |
Así, para la nueva legislatura, “desde
CEAJ requerimos al poder ejecutivo y al legislativo, además de la derogación de
la actual normativa de tasas judiciales y de la denominada Ley Mordaza, una
normativa moderada pero de calidad, evitando la vorágine de aprobación de leyes
y reglamentos de años anteriores, depurando la técnica legislativa, para evitar
errores y lagunas interpretativas y, en especial, que todo proyecto normativo
cuente con el consenso de quienes deben aplicarlas y los sectores afectados por
las mismas, que son los que conocen plenamente los aspectos a regular, así como
que se prevea una memoria económica y estimación presupuestaria que garantice
la viabilidad , eficacia y eficiencia en su aplicación”.
Añade el manifiesto que “nuestro
colectivo carece a día de hoy de una regulación adecuada y eficaz,
fundamentalmente en materia laboral, dado que seguimos trabajando y luchando
por el ansiado convenio colectivo de la abogacía, por la adopción de medidas
concretas en materia de conciliación de la vida personal, familiar y
profesional y también para la implantación de incentivos y ayudas de tipo
económico, fiscal y administrativo que favorezcan el inicio en el ejercicio de
la profesión”, ayudas que existen en los países de nuestro entorno y que
facilitarían la necesaria renovación generacional, ahora “casi imposible”.
Insisten los jóvenes abogados en
su petición de que sea instaurada una cuota del RETA que sea proporcional a los
ingresos netos obtenidos que excedan del SMI y la exención o reducción del tipo
impositivo del IVA por la prestación de servicios jurídicos, además de un
control efectivo y permanente por parte de las autoridades competentes “de
eventuales incumplimientos laborales que puedan sufrir quienes inician su
actividad prestando sus servicios en régimen de dependencia”.
Asimismo reiteran “la
reivindicación histórica de que se dote a la Administración de Justicia de los
medios materiales y los recursos humanos que permitan el ejercicio de sus
funciones constitucionales, con la mayor eficacia y dignidad”, por lo que
reclaman “el firme compromiso de todas las administraciones públicas con
competencia en la materia, desde el Ministerio de Justicia a las CCAA que
asumieron dicha competencia, para hacer posible una administración de Justicia
acorde a su imprescindible papel en el Estado de Derecho”.
La Justicia Gratuita y el
funcionamiento del Turno de Oficio también preocupan a la abogacía joven, que
ha participado en la elaboración de los borradores del anteproyecto de nueva
Ley de Asistencia Jurídica Gratuita. “Es deseo y petición de nuestro colectivo
que en los próximos años pueda aprobarse la tan necesaria reforma de la LAJG,
fruto del consenso entre el Ministerio de Justicia, las CCAA y los operadores
jurídicos, con la abogacía a la cabeza. Esta reforma deberá ofrecer soluciones
a las carencias y limitaciones que actualmente padece el derecho a la Justicia
Gratuita y evitando, por supuesto, la aparición de nuevos problemas que se
sumen a los ya existentes”.
Por último, la CEAJ reclama “un
plan de formación continua y de calidad; asequible y accesible; para que toda
la abogacía pueda prestar sus servicios a la ciudadanía con la mayor calidad en
la defensa de sus derechos”, todo ello “desde el firme convencimiento de que el
colectivo de la abogacía joven no sólo representa el futuro de esta profesión,
sino que, de hecho, es su presente”, y porque “solo apoyando a la abogacía
joven se puede garantizar un futuro esperanzador para esta crucial profesión
nuestra”.