La presidenta del Consejo General de la
Abogacía Española, Victoria Ortega, visitó recientemente Pamplona para asistir al
homenaje que el MICAP dedicó a su anterior decano, Alfredo Irujo, siendo la
primera vez que lo hacía tras su toma de posesión del cargo el pasado mes de
diciembre. Era una buena oportunidad para hacer balance de sus primeros seis
meses al frente del CGAE, que define como de intenso trabajo, y para hablar de
los principales asuntos que le ocupan y le preocupan, como el de la defensa de
los derechos de los refugiados, donde quiere ir “más allá” de los símbolos, sin
descartar la posible impugnación del acuerdo de Turquía con la Unión Europea.
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Victoria Ortega, presidenta del CGAE. |
-¿Cómo han
transcurrido sus seis primeros meses en la presidencia del Consejo?
-Desde que asumí el cargo el Consejo ha
estado trabajando bien en los proyectos que se plantearon en las elecciones,
hemos desarrollado bastantes y hemos completado la estructura orgánica. Además
de los asuntos internos, estamos trabajando muy intensamente en el tema del
pacto de estado, del que hablé en mi toma de posesión, nos hemos puesto de
acuerdo con todas las organizaciones judiciales y estamos hablando con las
fiscales, hemos establecido cuatro grupos de trabajo que ya están desarrollando
su actividad. Cada una de las comisiones del Consejo está trabajando en sus
materias con intensidad, la semana que viene vamos a hablar sobre una posible
modificación del funcionamiento de la Ley de Acceso en la materia de formación…
en definitiva, se van ejecutando los proyectos que tenemos.
-Una de las
características que definen al Consejo es su defensa de los derechos humanos y
especialmente los de los refugiados. La actual crisis, con la llegada a España
de los procedentes de Siria, ¿añade más responsabilidad a la labor que
desarrolla en este campo?
-Así es. El consejo ha tenido siempre una
especial sensibilidad con el tema de los refugiados, no ha sido una novedad de
mi mandato porque era una de las máximas preocupaciones de Carlos Carnicer. En
el momento en el que se anunció el número de los que iban a venir a España
constituimos un registro de compañeros que estuvieran dispuestos a intervenir,
asesorando, en el tema de refugio y asilo. Fue impresionante ver la respuesta,
en escasos días teníamos más de mil personas dispuestas incluso a acudir al
lugar de origen. Luego, la verdad, con el número que finalmente han llegado,
tampoco hemos podido desplegar mayor actividad. Igualmente hemos organizado
cursos de formación para que los compañeros conociesen la problemática y cómo
hay que actuar.
-¿Cómo valora la
actuación de las autoridades de la Unión Europea en la gestión de la crisis de
los refugiados?
-No puede ser positiva. Hace unos días
celebramos una sesión en la que se debatió y tuvimos conocimiento a través de
gente implicada directamente sobre cuál era la problemática, lo estudiamos y
hemos pedido informes sobre la posibilidad de proceder a impugnar, en su caso,
el acuerdo de Turquía con la Unión Europea, o al menos pedir una moratoria en
cuanto a su aplicación, y en esto estamos hablando con las abogacías europeas,
estamos en contacto. Queremos llegar a algo que sea práctico, que no conduzca a
algo que se quede simplemente en los símbolos, aunque son importantes también, pero
ir un poco más allá.
-Siguen muriendo
mujeres agredidas por sus parejas, a pesar del trabajo de personas como los
abogados del turno de oficio que han sido premiados por el Observatorio contra
la Violencia de Género del Consejo del Poder Judicial. ¿Por qué es tan difícil
acabar con los crímenes sexistas?
-La violencia de género es un problema
terrible, terrible, y es muy difícil atajarla porque es un problema de
educación, mejor sería decir de falta de educación. La solución pasa por un
esfuerzo en la educación en igualdad, esa formación es imprescindible desde la
escuela porque en edades más avanzadas muchas veces ya es imposible modificar
comportamientos. Estamos trabajando mucho, y el premio del Observatorio contra
la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial a los letrados
del turno de oficio de violencia de género es un reconocimiento a esa labor. Nos
hubiera gustado no tener que recibirlo por el hecho de que significaría que no
se han dado casos, pero es un orgullo muy grande por las compañeras y los
compañeros que trabajan ahí.
-Precisamente, las
reivindicaciones de los letrados del turno de oficio son una constante, mucho
trabajo, de gran responsabilidad y mal retribuido…
-No todo son las retribuciones, el turno de
oficio está recibiendo el reconocimiento por la labor que desarrolla, eso es
muy importante porque lo hace 365 días al año las 24 horas del día. Pero tienen
razón cuando reivindican una retribución económica basada en unos baremos
justos, dignos, más igualitarios, porque hay importantes diferencias entre
comunidades, y sobre todo medianamente pronta porque hay lugares donde tienen
que esperar meses y meses para cobrar.
-Al menos, se ha
producido una sentencia que confirma la capacidad de los colegios de abogados
para autoorganizarse en materia de turno de oficio.
-Fue el Colegio de Málaga el que promovió la
iniciativa frente a las pretensiones de la Comisión de la Competencia, y lo
defendimos a través del Consejo para toda España. Es una sentencia muy
importante para que se entienda por parte de Competencia que aquí se está
hablando de la prestación de un servicio público, no de las reglas del mercado.