El M.I.
Colegio de Abogados de Pamplona ha dado recientemente la bienvenida a doce de los
abogados y abogadas que se habían colegiado desde el mes de septiembre. Pasan a
formar parte de un colectivo integrado, al finalizar 2015, por 1.665
profesionales tras las 52 bajas y 38 altas registradas el año pasado.
La
mayoría se disponen a ejercer la abogacía recién terminados sus estudios en la
Universidad, con una ilusión que suple la falta de experiencia y con la
esperanza de poder trabajar y ganarse la vida en la profesión que han elegido.
Al hablar con ellos se ven coincidencias, como el deseo de ayudar a quienes
tienen problemas legales, mostrándose dispuestos a ir más allá incluso de los
límites que marca la estricta defensa de sus intereses si las circunstancias
personales de sus clientes lo requieren. Pero la charla también ofrece
sorpresas, como el encontrar a alguno que ya es doctor e imparte clases de
Derecho, o a quien llega a la abogacía tras haber trabajado como economista.
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Tamara Aramendía Carrica. |
Tamara Aramendia
Carrica, que ha estudiado en la Universidad de Navarra, indica que eligió la
abogacía porque “desde siempre me han gustado el Derecho y la Justicia, y
también por ayudar y defender a las personas que tienen problemas legales”. En
cuando a sus expectativas profesionales, espera poder montar un día su propio
despacho y de momento aprende en un bufete. Todavía no sabe en qué rama se
especializará, pero sus preferencias se decantan por el Derecho de Familia.
Eneko Compains Silva. |
Eneko
Compains Silva eligió la abogacía porque es una profesión que ha conocido muy
de cerca, en su propia familia: el padre, una tía y su hermano son letrados.
Además, él ya venía trabajando en este ámbito profesional en la Facultad de
Derecho de la Universidad del País Vasco, en San Sebastián, y como vive en
Pamplona realizaba continuos desplazamientos entre ambas ciudades. “La verdad
es que hacía ya mucho tiempo que tenía ganas de ejercer como abogado y por fin
he dado el paso”, afirma con una sonrisa de satisfacción.
“Es una
profesión preciosa, al menos a mí me lo parece, al final estamos hablando de
asesorar y, sobre todo, de ayudar a la gente en los problemas que tiene en el
día a día, de hacerle la vida un poco más fácil y más justa, por eso quiero
ejercer la abogacía”, manifiesta Eneko Compains, que aún no tiene claro en que
rama se especializará: “Sobre todo ando mirando Derecho Público, pero también
Penal y Administrativo… en realidad no me cierro puertas”.
A pesar
de su juventud, Eneko Compains, que estudió la carrera en la Universidad Pública
de Navarra, ya es doctor en Derecho Constitucional y ha impartido clases en la
UPV de Teoría del Derecho. A partir de ahora, combinará el ejercicio de la
abogacía con la labor docente en la Universidad.
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Amaya Sanz Oricain. |
Amaya Sanz Oricain, licenciada en Derecho por la Universidad
de Navarra, tenía claro “desde pequeña” que quería ser abogada, pero no sabe
cuál era la razón, quizás “porque las series de la tele de aquella época
estaban todas relacionadas con abogados o porque es algo vocacional. Las leyes,
las normas y el cumplimento de las mismas siempre me llamaba la atención y
también el estudio del derecho”.
En cuanto a las especialidades, dice estar especialmente
interesada en el Derecho Civil, el de Familia y el Mercantil, y cuenta con
experiencia en la mediación: “Hasta la fecha he venido ejerciendo como
mediadora y espero continuar en la misma línea, asesorando a los clientes para
la resolución positiva de conflictos, es decir, para tratar de evitar el
ingreso en la vía judicial mediante la utilización de otros métodos”. Amaya
Sanz confía en que la mediación “vaya cogiendo, poco a poco, el espacio que
tiene que tener dentro del Colegio”.
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Diego Guembe. |
Diego Guembe es el colegiado de más edad de los últimos que han
ingresado en el MICAP. Su caso es singular porque llega a la abogacía “por un
cambio de carrera profesional. Hasta ahora me dedicaba a temas económicos y
ahora me voy a dedicar a temas jurídicos”. Ha estudiado en la Universidad de
Navarra y se muestra interesado, sobre todo, por el Derecho Civil.
Al preguntarle por sus expectativas desde el punto de vista
profesional dice que “no tengo expectativas, no lo sé, no tengo nada fijado de
antemano”, y quizás por eso desea, refiriéndose a quienes prometieron o juraron
con él la profesión de abogado, “que nos vaya a todos muy bien”.