Xavier Jareño (Pamplona, 1988) compatibiliza su trabajo como
abogado con su afición a la música, como batería del grupo de rock Sonic Toys.
Aunque lleva casi 15 años tocando la batería y sólo cinco practicando el
derecho, confiesa que, poco a poco, se va sintiendo abogado, va perdiendo el
miedo al tribunal y empieza a disfrutar de los juicios. Licenciado en la UPNA,
en 2010, trabaja en el despacho Jareño y
Madurga. Su grupo está a punto de sacar su segundo disco (15 de abril), que
presentarán en directo en Pamplona a partir de Septiembre.
Lleva más tiempo como
batería que como abogado.
Sí. Empecé a tocar la batería con 14 años y cumplo 28 en
junio. Y la verdad es que no he parado. Son 15 años como músico. He tocado
muchos estilos. Desde el rock y el metal y los estilos más duros que me
gustaban cuando empecé. Luego pasé por una etapa más suave. Y ahora estoy a
mitad de camino, entre el pop y el rock. Aunque el papel de un batería y el de un abogado no son tan
distintos. Los grupos de rock los dirige la batería, que marca el camino. Y una
estrategia jurídica también marca el camino. De alguna manera, en ambos casos,
actúas un poco como el entrenador. Llevas la batuta y es importante mantener el
equilibrio.
¿Se ha planteado alguna vez ser músico en lugar de
abogado?
La música siempre me la he tomado en serio. El nivel de
exigencia siempre ha sido alto y he intentado hacer las cosas bien, pero nunca
he llegado a platearme ser profesional. Con Sonic Toys, el grupo en el que
estoy ahora, hemos ganado los Encuentros
del Gobierno de Navarra y hemos tocado bastante por España. Con un proyecto
anterior salimos por toda Europa y fuimos también a México. Sin embargo, todo
el dinero que haya podido ganar lo he reinvertido. La música me ayuda a
mantener el contacto con una parte más informal de la vida, otra realidad.
¿Qué relación cree
que hay entre la abogacía y la música? En el último año hemos podido
entrevistar a bastantes abogados que también son músicos.
La abogacía es una profesión que llega a todos los ámbitos
de la sociedad y en el colegio de abogados de Pamplona hay gente muy variada.
Es una de las profesiones menos uniformes que hay, en lo que a perfiles de gente
se refiere, o al menos es la impresión que me ha dado en el tiempo que llevo
como abogado.
¿Cómo está encontrando
la práctica de la profesión legal?
Me estoy empezando a encontrar a gusto ahora. Los últimos
cuatro años ha sido de aprendizaje y de búsqueda, y poco a poco me empiezo a
sentir abogado. Antes lo miraba con más distancia y con mucho respeto. Ahora ya
le voy perdiendo el miedo a las vistas, a los tribunales… y empiezo a tomarme
el juicio como algo bonito, llego a disfrutarlos, incluso.
¿Cómo un concierto?
Sí, si lo llevas bien preparado, tienes que intentar incluso
pasártelo bien, disfrutar del juicio, que es algo que puede pasar. Creo que es
ahora cuando estoy consiguiendo perder el miedo escénico y eso me permite
disfrutar de la profesión y valorarla. Ya me dijeron que es una profesión que
de entrada, cuesta.
Sí, la primera vez que me subí a un escenario, me temblaba
todo, estaba asustadísimo. Te da la impresión de que todo el mundo te está
mirando. Luego te das cuenta de que eres una pieza más que hace que todo
funcione. Es lo mismo, como músico y como abogado.
En el tiempo que
lleva como abogado, ¿cuáles están siendo sus áreas de especialización? ¿Tiene
alguna preferencia?
Estoy en el Turno de Oficio en Penal, Civil y
Administrativo. Y luego llevo sobre todo asuntos de Civil y administrativo. Voy
a decir algo que suena apolíticamente correcto, pero es verdad y es que de
todos los casos se aprende algo. Cuando estás estudiando Derecho te parece que
los casos grandes y mediáticos son los más complicados, pero luego te da cuenta
de que bien puede ser al revés. Y de que todo, por poco dinero que haya en juego
o poco interesante que parezca de entrada, tiene muchos matices y de todo se
aprende. Además, como suele decirse, no hay rival pequeño y nunca puedes
confiarte.
Cómo alguien
relativamente nuevo en la profesión, ¿qué sensación le produce el encontrarse a
veces, en la parte contraria, con
abogados que tiene muchos más años de experiencia?
Al principio me asustaba más y simplemente trataba de
disimular para que no se me notara. Pero con el tiempo, te das cuenta de que si
un caso lo llevas bien preparado, llevas mucho ganado. Y también te das cuenta
de que no es un concurso de oratoria. Se trata de defender correctamente una
postura. En la familia de mi padre, que es abogado, he tenido esa visión desde pequeño.
La preparación lo es todo, y da igual
quién esté enfrente.
Supongo que la
tradición familiar ayuda.
No me puedo quejar. Sí que te ayuda, pero también intentas
buscar tu camino y no estar todo el rato preguntando. Intentas sacarte las
castañas del fuego y consultar solo cuando ves que lo necesitas de verdad. Se
trata de encontrar tu forma de hacer las cosas, tu propio estilo, no ser una
copia. MI padre es una gran influencia, pero dentro de mis posibilidades,
intento encontrar mi propio camino. Respetándolo, intento también desarrollar mi
personalidad, porque somos diferentes en muchas cosas.
¿Le sirve de algo la
abogacía en el mundo de la música? ¿Ser músico sirve para ser mejor abogado?
Como músico, me toca tragarme todos los contratos del grupo
y estar a la tanto de todo el aspecto legal de la banda. Básicamente, me tengo
que encargar de que toda la parte burocrática sea correcta. El mundo de la
música se está profesionalizado bastante y me está también tocando ponerme al
día con la parte de propiedad intelectual, los derechos de autor, los contratos
con la discográfica. Además, confían en mí a la hora de llevar a cabo las tareas de comunicación. La experiencia como músico me ha ayudado a perder el miedo
escénico, a saber estar con la mirada de la gente encima sin
que te pase factura. El escenario es parecido el estrado, a estar delante del juez. Y sabes que el
púbico también te juzga.
Hablando del punto de
vista legal del negocio de la música… Las bandas pequeñas, como Sonic Toys, se
ven perjudicadas por las descargas ilegales?
En principio no, porque partimos de que estamos en una época
en que los discos no se venden, o se vende muy poco. A título persona, yo no
estoy a favor de las descargas ilegales. Si la gente, desde el principio, no
hubiera pagado por los discos, no hubiera habido industria de la música y no
hubiera habido grandes bandas de rock, porque nadie hubiera podido salir
adelante. Si no hay relevo, es en parte por eso. Porque los discos de los
grupos pequeños no se venden, nadie apuesta por ellos y nadie se puede hacer un
hueco como profesional ni hacerse grande. Solo son grandes los dinosaurios de siempre, los grupos que en
su día vendieron discos.
Internet, por un lado, te abre puertas. Pero valorar tu
producto es importante. El” todo gratis” que las cosas pierdan valor y la
música no se disfrute tanto. Antes, la gente se compraba un disco y le daba
20.000 oportunidades. Ahora, si una canción no te entra, a los diez segundos
pasas a la siguiente. Está bien la accesibilidad, pero por otro lado, es todo
tan fácil que no se valora y no da tiempo a digerir las cosas. Al final, al que le gusta el grupo, compra el disco. Y el
que no le gusta, no lo va a comprar por dos euros ni por diez. En ese sentido, da igual gratis
que dos euros.
¿Compra discos?
Compro discos, porque es mi hobbie. A veces es un poco compulsivo. Ahora está de moda comprar vinilos. Creo que
hay gente que compra vinilos y no tiene ni donde pincharlos. Pero quedan bien
en la estantería. Adornan. Y suenan bien, eso es verdad.
ROCK MODERNO EN CASTELLANO
¿Qué tipo de música
practica Sonic Toys? ¿Qué grupos tienen una mayor influencia en su estilo
muscial?
Sonic Toys hace un rock bastante moderno, en castellano.
Grupos que nos gustan bastante son Muse, Dinero, y nuevas corrientes del rock y
rock alternativo. Es una mezcla de rock
más tradicional con las influencias de la música independiente. Muse sería
nuestra referencias. Hemos optado por un estilo de música con influencias
anglosajonas, pero con letras en castellano. Preferimos el español porque
permite expresarse mejor, aunque en el rock la dicción en inglés es más fácil
hacer que suene bien.
El castellano obliga a pensar más las letras, porque se
entiende todo. A veces, cuando la gente
escucha a un grupo que canta en inglés, no se da cuenta de lo que dicen.
Simplemente se quedan con que “suena bien”. Sin embargo, si prestas atención, te das
cuenta de que el 70% de las letras en inglés,
incluso de banda muy conocidas, como por ejemplo Queen, son tonterías,
bromas de tres minutos. Pero si cantas lo mismo en castellano, la gente piensa
que eres idiota. Pero como en inglés suena bien… En castellano tienes menos
licencias. O hablas de desamor o de lo dura que es la vida… Pero si intentas
cantar de temas más cotidianos, suena ridículo.
¿Qué proyectos tiene
la banda a corto y medio plazo?
Sacamos ahora disco, el 15 de abril. Sale con EL Dromedario
Records, que es un sello nuevo que ha montado el batería de Marea. Y lleva
grupos como Exteremoduro. Es el segundo disco, lo estamos promocionando por las
redes sociales, y tenemos la intención
de tocar bastante.
¿Alguna fecha cercana
en Pamplona?
Será ya después del verano. Como el lanzamiento es tarde y
las contrataciones para el verano están ya casi todas cerradas, vamos a
dedicarnos a la promoción digital y a hacer algún concierto fuera de Navarra. Y
en Pamplona tocaremos ya en septiembre.