La sala de Conferencias del MICAP acogió el pasado jueves una charla sobre el Derecho de Asilo, a cargo del abogado Javier Galparsoro, Presidente de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) de Euskadi, quien hizo un repaso de la situación legal de este derecho, así como de la actual situación política en la que se encuentra a nivel internacional.
Según explicó al inicio de su presentación, los refugiados están en primera línea mediática y política, y es importante hacer una lectura de este fenómeno desde dos puntos de vista. Por un lado, el normativo y por otro, el de “la realidad de la deplorable situación ante la mal denominada crisis de los refugiados. Los refugiados no están en crisis, porque simplemente los matan o se mueren, lo que está en crisis es la Unión Europea”, explicó.
Así, Galparsoro comenzó por repasar las fuentes legales que sustentan el derecho de asilo en la actualidad, empezando por la nueva Ley de Asilo, la Ley 12/2009, reguladora del Derecho de Asilo y de la Protección Subsidiaria, del 31/10/2009, que reforma la Ley 5/1984, parcialmente modificada a su vez por la Ley 9/1994. Esta ley, explicó, entró en vigor el pasado 20/11/2009, lo que implica que “Hasta 2009 no llegamos a tener una reforma que se adaptara a las directivas europeas que no habíamos incorporado”.
En concreto, la Directiva 2004/83/CE del Consejo, por la que se establecen normas mínimas sobre los requisitos para el reconocimiento y el estatuto de nacionales de terceros países o apátridas como refugiados. La Directiva 2005/85/CE del Consejo, sobre normas mínimas para los procedimientos que deben aplicar los Estados miembros para conceder o retirar la condición de refugiado. Y el Capítulo V de la Directiva 2003/86/CE del Consejo, sobre derecho de Reagrupación Familiar.
“Seis años después, todavía no existe reglamento de aplicación de esta ley, que ya está desfasada, para que podamos ver qué marco legislativo tenemos”, comentó Galparsoro. Las Directivas anteriores han sido a su vez ya modificadas por el denominado S.E.C.A. (Sistema Europea Común de Asilo) el bloque normativo que integran:
- Directiva 2013/32/CE sobre procedimiento de concesión o retirada de la protección internacional.
- Directiva 2013/33/CE sobre normas para l acogida de los solicitantes de protección internacional.
- Directiva 2011/95/CE sobre requisitos para el reconocimiento de nacionales de terceros países o apátridas como beneficiarios de protección internacional.
- Reglamento 604/2013 del parlamento Europeo y el Consejo sobre criterios y mecanismos de determinación del Estado miembro responsable del examen de solicitud de protección internacional.
- Reglamento 603/2013 del Parlamento Europeo del Consejo relativo a la creación del sistema “Eurodac” para comparación de impresiones dactilares.
Asimismo, manifestó la valoración negativa que CEAR hace de este retraso en el desarrollo legislativo, por considerar que “que comporta un retroceso en la legislación nacional de asilo, con recortes de garantías de los derechos de los refugiados, reconocidos en la Ley, cuya modificación se pretende”.
Trabas para las solicitudes de asilo
En este sentido, declaró que se han denunciado “trabas para que los solicitantes de asilo puedan ser reconocidos como refugiados, especialmente para un estudio individualizado y profundo de sus peticiones” ya que, recordó el ponente, la ley, anclada en la Convención de Ginebra, reconoce que el solicitante de asilo “es una persona que tiene un temor a ser perseguido por distintos motivos, como raza, religión, etnia, ideología política o nacionalidad e implora el derecho de acogida en otro país. La petición de asilo es individual, y hay que estudiar cada caso uno a uno”.
En opinión de Galparsoro, la ley consolida dichas trabas, ya que debilita el derecho a asistencia letrada en los puntos de llegada de refugiados, que para ser reconocido como tal, debe manifestar claramente y de manera inteligible un temor fundado de ser perseguido, cuando muchas veces el refugiado ni siquiera tiene conciencia de serlo.
Además, consideró que la ley refuerza el concepto de país de origen y tránsito seguro. Y excluye la posibilidad de solicitar asilo por parte de ciudadanos de países de la UE, vulnerando la Convención de Ginebra de 1951.
El presidente de CEAR Euskadi consideró que la legislación asimismo avanza en un entramado de procedimientos de inadmisión o abreviados, incrementando el margen de maniobra de la OAR, para descartar cualquier petición de protección internacional sin su debida y suficiente valoración. Y devalúa el papel del ACNUR en frontera, ya que su informe favorable a la admisión no comporta la inmediata suspensión del retorno ante la interposición de Recurso Contencioso-Administrativo frente a resolución desfavorable de la OAR.
“ACNUR tenía un papel importantísimo en la frontera en la ley anterior, informando en el procedimiento. En caso de que la resolución de Interior fuera desfavorable, el mero apoyo de la ACNUR permitía que un recurso contencioso frente a esta resolución anterior suspendiera la deportación. Esto se acabó. Ahora estamos en solitario”, explicó.
La ley, asimismo, modifica sustancialmente la posibilidad de solicitar asilo desde nuestras Embajadas o Consulados, con lo que queda en suspenso la posibilidad de que una persona que se encuentra fuera del espacio físico de su país -podría ser una Embajada- pueda solicitar protección en otro país.
Por último, el ponente destacó la “nula transparencia con la que se ha gestado la Ley, sin contar con organizaciones acreditadas, sin reflexión serena, ni debate en profundidad. CEAR intervino en la ley de 1984 y yo mismo fui llamado en la reforma de 1994. Sin embargo, en la última reforma del 2009, han pasado olímpicamente de nosotros”, comentó.
“Es Europa la que está en crisis, no los refugiados”
Abogado de extranjería en ejercicio del Colegio Abogados de Bizkaia y Presidente de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR Euskadi),
Javier Galparsoro fue uno de los
promotores del turno de extranjería en España. Es también profesor de Derecho de Asilo y Extranjería en diferentes
universidades, autor de varias publicaciones sobre asilo, y a lo largo de su
carrera ha recibido diferentes premios por su defensa del derecho de asilo y de
las personas refugiadas.
¿Cómo valora la
actual situación de los refugiados en Europa?
Cuando la gente me pregunta cómo denominaría a la “crisis de
los refugiados”, suelo decir que ese es el no título, porque los refugiados no
están en crisis. A los refugiados les matan o se mueren. La que está en crisis
para mí es Europa. Y esta es una reflexión que creo que es urgente hacer.
Yo soy abogado, pero también soy Presidente de una ONG, y
voy a hablar en la doble condición. Por lo tanto tengo la doble visión. Estoy
en el tajo, y estoy con las instituciones y los políticos, y por ese motivo sé
lo que no está pasando.
¿Qué es lo que no
está pasando?
Lo que no está pasando es que Europa se había comprometido a
acoger a 160.000 refugiados de los más de un millón que han llegado en el año
2015 a la UE por vía marítima. Estamos hablando de
los refugiados que estamos viendo en los medios de comunicación, que llegan a las
islas griegas desde Turquía, que anteriormente llegaban a Italia. Las personas
huyen, buscan protección en Europa. Y Europa no les protege. A España le
correspondían 17.931, pero luego se redujo a 9.323 personas. ¿Sabes cuántas han
llegado a día de hoy? 18 en total. Llegaron 12 el 8 de noviembre y otras 6 el
20 de Diciembre. Todo acreditado con acuerdos europeos, los plazos, la
distribución por países…
¿En qué situación
está el proceso en este momento?
En este momento España ha ofertado 200 plazas y ha recibido
18. Todavía quedan más de 9.000, y en este momento, a mí se me cae la cara de
vergüenza. No sabemos cuándo llegará el resto de las personas que nos hemos
comprometido a acoger.
¿Cuál es la causa de
esta situación?
Esa es una pregunta para la que no tengo una respuesta
clara. No sé bien lo que está pasando. Porque a mí, que soy el Presidente de
una de las organizaciones que tiene la misión de acoger a los más de 9.300
refugiados –no la única, está también Cruz Roja, está ACCEM- me han pedido que
tenga un dispositivo listo para la acogida, desde el 9 de septiembre. Imagínate
lo que esto supone, porque no me dicen ni el día, ni la hora, ni cuántos, ni
cuándo ni durante cuánto tiempo…
¿Es entonces una
cuestión económica?
No es una cuestión de fondos. Hay mucho dinero para esta
emergencia humanitaria. Europa tiene muchísimo dinero para esta operación. Ya
lo estamos viendo. En el último acuerdo de 18 de marzo, a Turquía le hemos
comprado nuestra dignidad por 6.000 millones de Euros para que se haga cargo de
todos los refugiados que lleguen. Turquía se queda con los refugiados a cambio
de dinero y de otras prebendas (supresión de visado turista, agilización
entrada en la U.E., etc).
En este proyecto inicial había una asignación inicial de 6.000
€ por cada uno de los refugiados, procedentes de fondos de la UE, para los
países de acogida. Así que podemos decir que cada refugiado viene con algo más
de un pan debajo del brazo. Cada uno de los 160.000 refugiados recibe del Fondo
de Asilo, Migración e Integración (FAMI) esta suma nada desdeñable, y Grecia e
Italia, otros 500€ adicionales por cada refugiado que envían.
El señor Gil Arias, que ha sido durante diez años, director gerente
de la Agencia Europea para la Frontera Exterior (FRONTEX), ha comentado que al
ritmo actual, hacen falta más de 130 años para alcanzar los compromisos
adquiridos. Es un tema para caerse la cara de vergüenza.
Cuando llevamos desde el 8 de septiembre trabajando y
atendiendo a gente que me llama con el alma rota por la imagen del niño, de los
naufragios… Gente que quiere colaborar, que quiere hacer algo para ayudar a
estas personas. La ola de solidaridad no se ha dormido, pero no la podemos encauzar.
Con estas cifras, ¿Qué se puede decir a la
ciudadanía?
¿Si existen los
medios, cuál es entonces el problema?
Si le preguntamos al Ministro del Interior, a Jorge
Fernández, te dirá que es de los
propios refugiados, que no se quieren identificar en los “hotspots”. Una de las
culpas que se les están echando. Cuando ellos llegan, hay que tomarles las
huellas, es una de las obligaciones del sistema europeo de asilo. Y ellos no
pueden elegir su destino. Es otra cosa muy seria. El refugiado no puede decidir
a qué país de la UE quiere ir. Llega a un país seguro que tiene la obligación
de recibirle, de tramitar su solicitud y de continuarla hasta el final, pero el
refugiado no puede elegir el país de acogida.
De hecho, el debate ahora, el famoso acuerdo que se ha
forjado con Turquía, es que se quiere convertir a Turquía en un país seguro.
Cuando no es precisamente un país defensor de
los derechos humanos, y por ello no está en la UE. Y además tiene frontera con
Siria. Ahora resulta que estamos firmando un acuerdo con Turquía porque se le
ha definido como país seguro. Esto es bochornoso.
Y hay una noticia que es alarmante. De la primera remesa que
ha sido devuelta en aplicación de este acuerdo entre la UE y Turquía, hay unas
quejas tremendas, y parece que mucha gente está siendo incluso deportada a su
vez a Siria, así que está siguiendo el camino inverso, incluidos los propios
refugiados.
¿Y si le preguntan a
usted? ¿Cuál es la causa?
Si hablas conmigo, te digo que la culpa es de Europa, que
como continente no hemos tenido la capacidad de aceptar que como son miles de
personas las que vienen, es el momento de poner en práctica todos los
fundamentos teóricos que hemos dicho desde siempre. Que el asilo es un derecho
que viene recogido en un convenio internacional desde 1951 y consiste en la
protección incondicional e integral a toda persona que puede ser perseguida o
que tiene temor de serlo por causas de nacionalidad, etnia, religión, raza,
ideas políticas, pertenencia a determinados grupos sociales, por causas de
guerra, de orientación sexual, por ser víctimas de género… Según la ONU; en
este momento, son 59,9 millones de personas, según las cifras de 2014.
De esos casi 60 millones, ha llegado un millón a la UE
solamente en 2015 y por vía marítima. Esto crea alarma, porque, efectivamente, parece
mucha gente sin embargo no lo es, sobre todo si se compara con la que acoge Líbano
u otros país mucho más pequeños que la UE. Lo que ha pasado aquí es que Europa
no se imaginaba este escenario. Los vemos en el Telediario y están en Jordania,
están en Turquía, están en Palestina, en Líbano. Los ves en los campos,
pobrecitos, qué pena, pero están allí. Lejos de nuestra quietud. Pero ahora, de repente, han llegado aquí, se han convertido
en nuestro problema. ¿Qué respuesta damos? Al principio, todos sobrecogidos con
el niño Aylan Kurdi y otras historias terribles, y con esta saturación, porque
esto es una olla a presión, evidentemente, Europa está viviendo una situación
inesperada.
Como ciudadano europeo, como ciudadano español, como abogado,
pero sobre todo como ser humano, esto me
produce auténtica vergüenza. La última noticia es que van a venir a España
próximamente a primeros de mayo a unos 200 refugiados. No lo tengo confirmado.
La noticia no son los 18 que han llegado hasta ahora, sino los 9.323 restantes
que no están llegando.
El asilo es un derecho que afecta a 60 millones de personas en
el mundo. En España llegaron en 2015 alrededor de 13.000.Uno de cada 132
habitantes de la tierra es un refugiado. Porque hay 37 conflictos declarados que provocan este éxodo imparable. No podemos
hacer excepciones. Cuando me dicen que van a venir los sirios, yo digo que no,
que los que van a venir son refugiados. Son de Siria, pero también son de Irak,
y son de Eritrea, de Afganistán y son de Palestina,
de R.D. Congo, de Ucrania… de tantos países en los que se persigue a las
personas… mujeres, hombres, niños, y niñas. Hay tantos países en los que se
persigue a las personas…
¿Es cierto que los
refugiados no quieren quedarse en España, que solo quieren seguir camino hacia
otros países de la UE?
Algo de eso es cierto, está pasando. Ha habido gente que ha
llegado a España, de los que fueron acogidos y atendidos en Ceuta y en Melilla,
donde hay bastantes sirios. Algunos han decidido dejar esa protección y han
pensado -creo que ingenuamente- que podían seguir camino hacia otros países
europeos. Pero, en aplicación del Convenio de Dublín se define que el asilo no
es “a la carta” y el refugiado tiene que ir al primer país seguro al que llega.
Si has llegado a España, es España el que te tiene que acoger, tramitar tu
solicitud y te tiene que proteger frente al país perseguidor. Si decides dejar voluntariamente
esa protección y seguir, por ejemplo, a Alemania, ese país te puede devolver.
¿El status del
refugiado está ligado al país de entrada?
El refugiado tiene que ser atendido en el país de entrada,
siempre que sea un país seguro. Por eso, Turquía, hasta entonces, no lo era y
se entendía razonable que se produjeran traslados a Italia o Grecia. Ahora, de
repente se convierte en un país seguro. Esto es de risa y lamentable.
¿Cómo se decide que un
país es seguro?
Está regulado por reglamentos y directivas de la UE. Si
tenemos que legislar, somos los primeros. Todo está escrito, todo son plazos,
todo son compromisos. Pero luego a la hora de la verdad, hay unos
incumplimientos que son masivos y escandalosos. El Convenio de Dublín, por
ejemplo, no lo están cumpliendo muchos países. Merkel abrió las puertas de Alemania en un primer momento, y
los países centroeuropeos (Serbia, Hungría, Croacia, Eslovaquia, Macedonia)
estaban muy contentos de hacerles el “pasillo”,
porque así ellos se quitaban el problema. Hasta que Alemania dijo: hasta aquí
hemos llegado. Porque tenían una afluencia enorme.
Europa, entonces, yo creo que está desconcertada. Y por lo tanto, es una
crisis de Europa. Si tú sabes que te van a bombardear, ¿te quedas esperando? Y
lo digo para los que son críticos con los que vienen. Si te pones en su lugar,
¿tú qué harías? Si dices que podrían haber venido de otra manera, ¿tú lo
habrías hecho? ¿Cómo si no existen visados para refugiados ni pasaportes para
viajar? Europa ha desertado de sus principios y de sus sueños y grandes
proclamaciones. Europa no está cumpliendo, y luego, todo lo justifica.
El resto de países, ¿va más avanzado que España
en los procesos de acogida?
La situación no es mucho más optimista. Portugal, para que
te hagas una idea, tiene ya listas 1.200 plazas, y ha acogido a 196 refugiados.
Las cifras siguen siendo muy bajas. Hay países, como Dinamarca, que
directamente no participan. Y han modificado la normativa de asilo para
permitir la confiscación de los bienes de los refugiados que lleguen a partir
del equivalente a 1.340 euros. Eso sí, dejando a salvo “efectos de valor sentimental”
¿para que sus conciencias no se rompan del todo?