El abogado
Rafael Iribarren compagina su trabajo en Iribarren Abogados, despacho familiar
especializado en Derecho Civil y Mercantil,
fundado en los años 30 del siglo pasado por su abuelo, Jesús Luis
Iribarren, con su gran otra vocación, la
musical. Así, cuando la agenda se lo permite, deja a un lado su faceta más
seria, se quita el traje y la corbata y rinde homenaje a los grandes del rock
español de los años 80, como cantante de La banda del Desagüe. A sus 46 años, casado y padre de tres hijos, Iribarren reconoce que todavía hay gente que se sorprende cuando le ve en el escenario,
aunque para él, cada cosa, tiene su momento. Por ejemplo, el próximo día 12 de febrero, en el que el grupo celebra su décimo aniversario con un concierto en la sala Zentral para el que se han agotado las entradas.
¿Hay alguna relación entre la abogacía y la música?
Por este blog han pasado ya unos cuantos abogados que también son músicos
Yo creo que la
principal razón es que somos muchos abogados y en un colectivo tan grande hay
más posibilidad de encontrar de todo. Lo cierto es que en el mundo que me he
movido, el del canto, sí que conozco varios abogados. De hecho en el Coro de la
Ópera en el que estuve hace algunos años,
hay dos compañeros, Fran Torres y Laura Pidal. En la Capilla de Música
de la Catedral está Orlando Merino; en la Escolanía Loyola estuvieron varios:
Javier Caballero, Chema Barrero, entre otros. Y por supuesto, Miguel Ángel González, con De
2 en Blues Band, con quienes hemos colaborado en alguna ocasión y tenemos una
gran amistad.
¿Cree
que la actividad musical aporta algo al mundo jurídico?
Entiendo que son mundos que no tienen
nada que ver. Quizás es hecho de exponerte al público… pero eso va más con la
persona. Lo que sí es cierto es que toda
experiencia personal te va enriqueciendo y te va formando y es posible que tanto de lo musical como de
lo profesional, si te pones a analizarlo,
vayas cogiendo cosas, aún sin ser
muy consciente de ello.
¿Se
sorprende la gente al verle en esa otra faceta?
Si, sobre todo la gente que me conoce
como abogado, o que me ve todos los días
de traje y corbata y luego me han visto con la banda. “Yo pensaba que eras
mucho más serio, con la pinta que tienes”. O la gente que te ve por la mañana,
dejando a los niños en el colegio, antes
de ir a trabajar, con cara de sueño, serio… Quieras o no, das una imagen. Y luego te ven en un escenario
balando, botando, haciendo el tonto… Y resulta que no es la imagen que se
habían hecho. De todas formas, entiendo que son dos cosas perfectamente
compatibles también. Cada cosa tiene su momento. Yo en el despacho soy muy
serio cuando tengo que serlo. Aquí toca trabajar. Y cuando toca cantar, toca
cantar.
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La banda del Desagüe. |
¿Tiene
formación musical o como muchos muscos de rock, toca de oído?
Sí, desde pequeño he estado en la
Escolanía Loyola, en coros de cámara. También
he estado en el Coro de la AGAO, la Asociación Gayarre Amigos de la Ópera, lo he ido compaginando
con la banda. Mi vida siempre ha estado muy relacionada con el mundo de la
música. Estuve también en un grupo de boleros, Sobremesa, en el que tocaba el contrabajo. Grabamos dos
discos, actuamos en Baluarte dos veces, fuimos teloneros del El Consorcio. En
este grupo hay, por cierto, otro
abogado, José Ignacio Ubago, Patena. He ido combinando el Coro de la Ópera y
Sobremesa con La Banda del Desagüe, que digamos que es lo fijo, y lo que más me ocupa últimamente.
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Iribarren, a la izquierda, en una actuación del grupo Sobremesa. |
Supongo
que es muy distinto cantar en un coro que en un grupo como La Banda del Desagüe
Sí, la lírica requiere una colocación de
la voz diferente, es más exigente con la emisión de la voz. Y el rock y la banda
requieren una voz más rasgada. Son técnicas totalmente diferentes. Aunque a la
hora de coger el microfono viene muy bien venir de ese otro mundo. De hecho,
hay muchísimos cantantes de rock que van a clases de canto, yo creo que la
mayoría. Y si no lo hacen deberían Aunque hay algunos que por mucho que se
empeñen no conseguirán cantar bien nunca, pero eso es ya otra historia.
En cualquier caso, me
encanta toda la música. Puedo escuchar desde Los Panchos hasta un gupo
punk o heavy sin ningún problema. Y entre medio a Haendel, Mozart o Verdi. En ese sentido, mis gustos
musicales son muy amplios.
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Iribarren, en su despacho. |
Dicen
que en el rock es más importante la creatividad que el virtuosismo. ¿Qué opina?
Bueno, hay de todo. Y pasa con cualquier
tipo de música, tanto con el rock como con la lírica. Hay cantantes líricos muy
malos y cantantes de rock muy malo. Encuentras buenos y malos músicos en todos los
estilos. Al final se trata de hacer música, y en mi caso, de no aburrirme y
pasármelo bien. Un lema que deberíamos
tener todos es pasárnoslo bien y no
aburrirnos. Tanto en la música como en la vida,
prohibido aburrirse.
¿Cómo
definiría a La banda del Desagüe?
Es una banda
divertida, que hace versiones de grupos de los 80, que es la música que nos
acompañó en nuestra adolescencia, y la
que pensamos que es la mejor. No se ha hacho música como en los 80. Es una
cuestión más de nostalgia que otra cosa. Sí que es cierto que fue une época muy
creativa, con mucha variedad, con la Movida… Eso lo aderezamos con cosas
divertidas, bailes, etc. Sobre todo somos una banda entretenida para gente de
nuestra edad, entre 35 y 50 años. En ese abanico de edad, la gente disfrutar
mucho en nuestros conciertos, porque escucha una música que le retrotrae a épocas
generalmente más felices, o al menos más sencillas, con menos
responsabilidades, y con las hormonas desbocadas. Hay canciones que te
recuerdan a momentos concretos de tu adolescencia o tu juventud, que te trae
buenos recuerdos.
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Iribarren, junto con el también abogado y cantante, Miguel Ángel González. |
El nombre del grupo es, cuando menos. curioso. ¿De
dónde viene?
El nombre viene de la peña El Desagüe, de Peralta. Es la peña de nuestro bajista y
tomamos el nombre de ahí, ya que la primera vez que nos juntamos fue para tocar
en la celebración de su décimo aniversario.
¿En
el desagüe, toca algún instrumento?
No me dejan. Me gustaría en alguna
canción tocar la guitarra, pero no tendría sentido, porque esa necesidad ya
está cubierta. Soy el cantante y no tengo ningún problema con eso. Las
cuestiones instrumentales las ventilo en casa o en otro momento.
¿Qué proyectos inmediatos tiene el grupo?
El 12 de
febrero vamos a celebrar en el Zentral el décimo aniversario de la banda. Es un
local grande y las entradas están agotadas, así que va a ser una gran fiesta. Hemos incorporado una
sección de viento que colabora ocasionalmente con nosotros y en el bolo del
aniversario queremos darles más protagonismo. Estamos ilusionados con esta
incorporación, porque hacemos 11 temas con ellos que quedan muy bien.