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Los nuevos colegiados, con los miembros de la Junta de Gobierno del MICAP. |
El Decano del M.I. Colegio de Abogados de Pamplona, Alfredo Irujo, en nombre de la Junta de Gobierno, ha dado la bienvenida al MICAP a los 14 abogados que se han colegiado desde el mes de diciembre en la solemne ceremonia que ha tenido lugar en la Sala de Conferencias de la institución, y que ha constituido el acto central de la celebración de la festividad de San Ivo.
Los nuevos abogados son Bernardo Apezteguía Palma, Sergio Eduardo Elcarte Monreal, Candela Filippini, María Gabriela Freire Dueñas, Marta Gili Grahit, María Virginia González Fernández, Carolina Goñi Muruzabal, Imanol Karrera Turrillo, María Madurga Itoiz, José Javier Martínez Elizondo, María Soledad Rivas Neira, Idoia San Matías Rodríguez, Luis Sarrato Martínez y Luis Javier Vidán Peña. Estaban acompañados por los abogados que han ejercido de padrinos de cada uno de ellos y familiares.
El acto se ha iniciado con la lectura, por parte del secretario del MICAP, Fernando Azagra, de los nombres de los jurantes y las fechas de las juntas de gobierno en las que se acordaron las respectivas altas. Seguidamente han sido llamados uno a uno para que, con la mano sobre un ejemplar de la Constitución Española, pronunciasen la fórmula por la que asumen la profesión.
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Los nuevos abogados con sus padrinos y la Junta de Gobierno del Colegio. |
Discurso del Decano
Alfredo Irujo ha pronunciado un discurso dirigido a los nuevos colegiados en el que, además de darles la bienvenida, les ha indicado que tienen a su disposición tanto a sus padrinos como a los miembros de la Junta de Gobierno, y les ha invitado a integrarse en los servicios y comisiones de que dispone el Colegio, así como a participar en las actividades que organiza. Además, les ha instado a trabajar en la defensa de los derechos humanos y en la atención a los desfavorecidos, para los que ha recordado que tienen acceso a través del Colegio, a la justicia gratuita y el turno de oficio.
Ha añadido que por tratarse de una profesión encaminada a la obtención de la justicia “hemos de afrontar constantemente el peso de la injusticia”, sea la de un cliente “desagradecido o insensato”, o a causa de un pacto en el que pudo más la fuerza que la equidad, las injusticias de la crítica ciega o de un fallo torpe. Según el Decano, frente a estas agresiones “la receta es doble: firmeza y prudencia. Creer en uno mismo y, además, el desdén, la prudente indiferencia”, porque –ha opinado- “en las batallas jurídicas se corre el riesgo de verse asaltado por la ira, toda vez que no hay nada más irritante que la injusticia. Pero la ira de un día es perturbación de muchos, la antítesis de la ecuanimidad. No puede haber un abogado irascible”.
Por ello, Alfredo Irujo ha asegurado que “no hay antídoto más eficaz que el desdén”. “No sería posible sobrevivir al ejercicio profesional –ha indicado-, con las tensiones de la vida moderna y especialmente de la del abogado, sin la indiferencia, un venga lo que Dios quiera y un constante recuerdo de que quien ha trabajado convenientemente un asunto, da lo que tiene, no está obligado a más. Es difícil preparar la batalla con pasión y recibir impertérrito la noticia del resultado, tener ardor y no tener amor propio, amar y no preocuparse por el destino del objeto amado. Es una dramática paradoja”.
La celebración ha continuado con una comida en una sidrería en Aldatz que ha concluido con los tradicionales campeonatos de mus y parchís y con la entrega de trofeos a los ganadores.